martes, 15 de abril de 2008

El Repatriado - Hans Bender

Con el tabardo del enemigo,
con unas botas que te vienen grandes,
en otoño,
por caminos que las hojas mojadas manchan,
regresas.
Los gallos trasladan
tu alegría al viento,
mientras que los nudillos, indecisos,
se detienen
ante el mutismo
de la puerta nueva.

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