
Silenciosa va a dar al lindero del bosque
Una bestia oscura;
En el cerro acaba silencioso el viento de la tarde
Enmudece en su queja el mirlo
Y las blandas flautas del otoño
Callan entre los juncos.
En una nube negra
Navegas tu ebria de amapolas
La alberca de la noche,
El cielo estrellado.
Aun resuena la voz de la luna de la hermana
A lo largo de la noche del alma

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